A menos de tres meses de las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre, donde los hondureños elegirán presidente, diputados y representantes al Parlamento Centroamericano, la observación electoral se encuentra en un limbo que genera preocupación entre organizaciones civiles y expertos internacionales.
– La observación electoral, tanto nacional como internacional, es un pilar para la legitimidad de cualquier proceso democrático.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), encargado de garantizar la integridad del proceso, ha demorado la aprobación del Reglamento de Observación Electoral, lo que ha impedido la acreditación de los observadores electorales.
Con las elecciones generales en el horizonte, la ausencia de un reglamento claro ha dejado en suspenso la participación de entidades locales, mientras que los observadores internacionales han avanzado en su acreditación, pero tampoco han dado un paso certero que les garantice su participación.
La Ley Electoral establece que el CNE debe facilitar la acreditación de observadores para supervisar todas las fases: desde la preparación hasta el conteo de votos.
Si bien existe un retraso en el cronograma electoral el CNE no ha proporcionado razones explícitas para el actual silencio sobre este tema.