A los tres exfuncionarios de las FF. AA. se les acusa de homicidio y lesiones graves en perjuicio de Isis Obed Murillo Mencías y Alex Roberto Zavala Licona, simpatizantes que permanecían a los alrededores del Aeropuerto Toncontín, en Tegucigalpa, a la espera del retorno al país del expresidente Manuel Zelaya Rosales.
Lo anterior durante el golpe de Estado de 2009.
De acuerdo al Ministerio Público, las actuaciones de los militares en ese entonces "fueron brutalmente desproporcionadas".
Esto debido a que "dispararon de manera indiscriminada con fusiles de alto poder y grueso calibre (M16) contra ciudadanos que ejercían su derecho a manifestarse pacíficamente".
El ente perseguidor del delito explicó que tales acciones, que culminaron en muertes y graves lesiones, no fueron actos aislados, sino que fueron "crímenes ejecutados por elementos de las Fuerzas Armadas bajo órdenes" de los imputados.
Es así que, de acuerdo al requerimiento fiscal, los acusados son "responsables directos de comandar y planificar el operativo".